Cultura Mística Chilota un universo que le da identidad a todo el territorio

Entre las prácticas religiosas y las creencias míticas

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Ten Ten Vilu y Cai Cai Vilu
Ten Ten Vilu y Cai Cai Vilu

Religiosidad Chilota

El universo cultural de Chiloé es particular por la presencia de un arraigo religioso devoto mezclado con el mundo mágico de los ancestros originarios. Un mestizaje que conservó las tradiciones y creencias ibéricas e indígenas en una fusión que otorga características únicas a este bello territorio.

Un factor importante en la conservación del arraigo cultural fue el aislamiento histórico en el que medió la geografía durante el periodo colonial, hasta su incorporación al territorio Chileno. Como herencia de la evangelización jesuita, franciscana y en menor medida mercedaria, los chilotes se convierten en fervorosos devotos religiosos, prueba de ello es la cantidad de iglesias que son Patrimonio de la Humanidad y sus múltiples fiestas religiosas, aun así los habitantes mantienen un complejo sistemas de creencias míticas que le aportan magia y enigma a la provincia en una mezcla de elementos culturales ibéricos e indígenas.

Mitos y Leyendas

La presencia de diversos mitos y leyendas como parte de la vida cotidiana del Archipiélago, son respuesta a fenómenos cotidianos y naturales, divinidades del agua y del bosque conviven armónicamente con la religiosidad católica entre lo mágico y lo medieval del mundo huilliche.

Mitos que aluden a la selva del interior de las islas como el Trauco una criatura de fuerza descomunal y capacidad de hacer daño desde la distancia, un ser con aspecto de hombre y facciones de ogro, hijo de la serpiente mítica CaiCai y nacido de su rabia por la ingratitud de los seres humanos hacia el mar y todo lo que el regala. Esta criatura viviría con su mujer la Fiura una criatura de larga cabellera negra, grandes mamas y aspecto espeluznante, de insaciable apetito sexual que embruja a los varones viriles. Trauco y Fiura habitan en los troncos huecos de los árboles o en las cavernas y sólo se alimentan de naranjitas y frutos de la planta quilineja. Mitos que con su tinte lujurioso que le imprimen a la cultura la importancia de aspectos como la virginidad.

Animales míticos como el Cahuelche similar a la Tonina y administrador de las tempestades y mareas que advierte la muerte de los isleños que viven junto al mar. El Coñipoñi, gusano que cumple la función de cuidar niños y que habita en los tallos de las plantas de papas que se cultivan, la tradición dice que las mujeres chilotas que tienen un hijo se alegran al encontrar uno de estos gusanos, ya que lo colocan bajo la almohada del recién nacido, lo alimentan con gotas de leche materna para conseguir que su hijo sea un niño feliz y tranquilo.

Seres marinos como la Sirena, hermosa mujer de irresistibles encantos que habita en la isla Laitec, al sur de Quellón, su principal tarea es cuidar a todos los peces y debe ayudar a sus hermanos, la Pincoya y el Pincoy, a llevar al Caleuche los cuerpos de las personas ahogadas. La Vaca marina con su sensual cacería nada con gran velocidad por los canales en busca de un toro terrestre para conquistarlo, enamorarlo y abandonarlo dejándolo loco de amor.

Monstruos míticos como el Peuchén, el Basilisco o el Camahueto; relatos de origen como la lucha monumental entre Tentén Vilú y Caicai Vilú en los primeros tiempos del mundo, y mitos de tránsito como el Caleuche, barco de marineros muertos, o el barquero de Tempilcahue, encargado de cruzar a las almas de los muertos al otro mundo.

El Trehuaco, el Millaoso, el Cuchivilu, el piguchén, el Vilpoñi o el caprichoso y testarudo Tacán, incontables divinidades que hacen parte de la cotidianidad y el acervo cultural chilote.

La cofradía de brujos de Chiloé

Hasta entrado el siglo XX, la brujería tuvo gran arraigo en la isla, alrededor de los brujos se ha construido también todo un sistema de creencias populares, llegaron a ser tan poderosos e influyentes durante el siglo XIX como el propio intendente de la isla. Famosos por sus conocimientos medicinales y por conformar un tribunal que revisaba denuncias y dictaba sentencias.

Agrupados en una sociedad secreta denominada la «Recta Provincia», conocida popularmente como «La Mayoría», nacida de la necesidad de regular en la isla la hechicería y conformada por una compleja organización que fue parcialmente desmantelada durante el famoso juicio a los brujos de Chiloé en 1880, en el que el juez de Ancud, representante del Estado chileno, inició un proceso judicial contra más de una treintena de brujos pertenecientes a la asociación, condenando a una docena de ellos por practicar magia; bajo la acusación de “asociación ilícita” la poderosa organización de brujos se desarticuló y cayó poco a poco en el olvido. Con el tiempo, el imaginario popular tejería toda suerte de leyendas relacionadas con la brujería, algunas de las cuales se mantiene hasta nuestros días.

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