Un poco de historia…
Descubierto en 1553 por Francisco de Ulloa y conquistado por Martín Ruíz de Gamboa en 1567, el archipiélago de Chiloé fue la posesión más austral del imperio español en América y sufrió un constante desangre demográfico producto del tráfico ilegal del pueblo originario llevados hacia los lavaderos de oro de Chile central, época en la que el archipiélago estuvo marcado por el aislamiento, la pobreza y la polarización cultural.
Entre 1598 y 1602 la rebelión mapuche destruyó todos los asentamientos españoles al sur del rio Bío-Bío y llegaron huyendo de la destrucción de las ciudades de Osorno y Villarrica españoles y mapuches amigos que se fueron instalando en el canal de Chacao para posteriormente fundar los fuertes Calbuco y Carelmapu.
En 1608 llegaron los primeros jesuitas a Chiloé y su labor de evangelización duraría más de 150 años, dejando una profunda huella en la población del archipiélago.
Una actualidad llena de contrastantes ciudades…
Hoy el territorio marcado por costumbres ancestrales y una riqueza natural incomparable, está conformado por comunas cada una con un ritmo y encanto propio, siendo la ciudad de Castro, la capital y la tercera ciudad más antigua de Chile, en ella se puede disfrutar de la arquitectura compuesta por los palafitos, construcciones en madera sobre agua, la Iglesia de San Francisco, declarada Monumento Nacional en 1910 y en cuya construcción se emplearon maderas de la región, la Plaza de Armas, el Museo Regional, el Museo de Arte Moderno de Chiloé, la Feria Artesanal Calle Lillo, la Plazuela del Tren y los Miradores Urbanos de Gamboa y Millantuy.
En Ancud, la segunda ciudad en importancia se encuentra el Fuerte San Antonio que data de los tiempos de la colonia y el Museo Regional con sus objetos históricos, artesanales y representaciones de seres mitológicos de la cultura chilote.
En el silencio y la tranquilidad costera está Dalcahue, conocida por sus tejidos en lana, su feria artesanal que se encuentra junto a la Cocineras.
En Quellon abundan la producción de carne, leche y lana y se encuentra el hito cero donde termina la carretera panamericana que parte de Alaska y une 12 países hasta Punta Lapa un hermoso balneario de la ciudad.
Con un típico paisaje volcánico está la Isla Quinchao de playas extensas, pequeños cerros y grandes pendientes que llegan hasta el mar.
Conocida como “la ciudad de los tres pisos” por sus construcciones en ciprés, esta Chonchi que con su pintoresca arquitectura en madera deleita la vista.
En una larga y angosta península al sur de Castro se encuentra Queilen con sus tierras de origen volcánico que probablemente fueron antiguos glaciares, le dan a la zona unas características únicas para la agricultura y para la visita de variadas especies de aves como Martín pescador, loros tricahues, bandurrias y otros. La playa de Aituy enmarcada por hermosos arrayanes, es el lugar perfecto para descansar y practicar la pesca deportiva.
Conocida como “la tierra de los mil paisajes” está Quemchi un destino imperdible dentro del territorio, ya que abraza con el colorido de sus paisajes y es el foco de muchas de las leyendas de Chiloé. Se puede disfrutar de artesanías en lana, fibra vegetal y madera. No pueden faltar los paseos naturales, la abundante gastronomía local y el turismo de mar.
Los paisajes, la multiplicidad de recorridos, la diversidad de actividades y atracciones turísticas hacen de Chiloé un territorio en que el que seguramente tejeras múltiples y maravillosos recuerdos.